ARTES DE MEXICO
Cada vez que caminamos por un barrio nos empeñamos en toparnos con nuestros sueños. A fuerza de golpes de vista, ellos dejan de ser lo que son y se transforman en lo que deseamos que sean. La Roma no puede escapar de este destino. Ella está obligada a mutar sin descanso con tal de satisfacer los sueños de sus paseantes. La Roma deja de ser la Roma para satisfacer las exigencias de la mirada. ¿Cuántas Romas existen?, ¿cuántas de ellas podemos recorrer?, ¿cómo cambia nuestra mirada delante de ellas? Ese recorrido, real e imaginario, desafiante y complaciente, absolutamente incompleto y siempre fragmentario, es el que se ofrece en las páginas de esta edición